Fotografía
Perseguir la luz de invierno: una guía sobre la fotografía en la nieve
De Banff a los Alpes, el fotógrafo Will Lambert revela los secretos que te permiten tomar instantáneas impresionantes en la nieve


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De Banff a los Alpes, el fotógrafo Will Lambert revela los secretos que te permiten tomar instantáneas impresionantes en la nieve


Will Lambert es un fotógrafo que vive en Banff y dedica sus días a perseguir la luz por los picos de las montañas canadienses. Este especialista en deportes extremos y de aventura galardonado con varios premios captura todo tipo de elementos con su objetivo: desde rápidos descensos por las lomas de la montaña hasta momentos plácidos en la nieve.
Recuerdo la primera vez que intenté hacer una foto en medio de una ventisca en el parque nacional de Banff. Mi objetivo acabó cubierto de hielo, mis dedos se quedaron helados y pensé «¿pero qué está pasando?». Como me crié en Sheffield, Inglaterra, la nieve siempre me pareció algo limitado a la Navidad, y no parte de la vida real. Mi familia pasaba los fines de semana de paseo por las montañas en las colinas de Yorkshire o explorando el Distrito de los Lagos o Escocia, así que estaba acostumbrado a la lluvia, las botas enfangadas y el pastel envuelto en papel de plata. Tanto mi abuelo como mi padre eran ávidos fotógrafos, y pasábamos los atardeceres alrededor de un proyector para admirar sus imágenes. Esa fue la chispa que me atrajo inicialmente a la fotografía, con la idea de capturar el espíritu de un lugar, no solo su aspecto.
Foto: Will Lambert
Will y su familia el 1993
Will en las pistas
Mi primera aventura fotográfica de verdad comenzó en los Alpes Austriacos, combinando mi amor por las montañas, el esquí y el arte de contar historias. En 2016 me trasladé a Canadá, donde los inviernos de las Montañas Rocosas canadienses se prolongan durante 200 días. Tuve que aprender a adaptarme al frío y la imprevisibilidad, y descubrir la belleza en la simplicidad de la nieve. A lo largo de los años, he aprendido algunas lecciones clave que hacen de la fotografía un reto a la vez que un placer.
Foto: Will Lambert
El mundo nevado parece una página en blanco. Los paisajes que he fotografiado tantísimas veces súbitamente se transforman bajo la nieve, como si los hubieran esculpido la luz y la sombra. En el invierno hay una quietud que te permite bajar el ritmo y ver de verdad. Mi pasión por el esquí y la fotografía encajan a la perfección aquí: existe un dinamismo y una creatividad especiales en perseguir la luz por la nieve en polvo acabada de caer o capturar un rincón con nieve virgen. Los dedos congelados, los objetivos empañados y el brillo deslumbrante del mediodía forman parte de la experiencia, pero es el equilibrio entre la incomodidad y la belleza que hacen de la fotografía en la nieve algo tan satisfactorio.
Foto: Will Lambert
Hay algo mágico en hacer fotos de nieve durante la hora azul y la hora dorada, justo antes del amanecer o el atardecer. Los tonos pastel suaves cubren el paisaje de rosa, púrpura y oro, y la nieve actúa como un reflector gigante. He pasado algunas mañanas memorables de pie en la quietud de Banff, esperando que los primeros rayos de sol acariciaran los picos de las montañas. Prueba a definir tu balance de blancos en Sombra o ajusta la temperatura Kelvin para destacar la calidez de los tonos fríos. Vale la pena el madrugón: esos minutos efímeros crean imágenes que parecen sacadas de un sueño.
Foto: Will Lambert
La nieve puede engañar el medidor de luz, lo que genera imágenes grises y sin personalidad. Casi siempre sobreexpongo las fotos en +1 EV, a veces en +2 cuando hay mucha nieve o el cielo está encapotado, lo que mantiene los blancos frescos y naturales. Echa un vistazo a tu histograma para evitar las altas luces, y dispara siempre en RAW, ya que te ofrece la flexibilidad necesaria para ajustar tonos sin perder el brillo natural de la nieve.
Foto: Will Lambert
El clima gélido te afecta a ti y a tu equipo. Las baterías se agotan rápidamente, así que lleva unos cuantos recambios en un bolsillo interior. Los objetivos se empañan cuando pasas del frío al calor, por lo que dejo que las cámaras se aclimaten lentamente en la bolsa. Coberturas simples, incluso una bolsa de plástico, pueden salvar tu equipo. Esto lo aprendí a las malas en Sunshine Village, en Banff: la condensación casi me arruinó una sesión de tarde. Desde entonces, prepararme cuidadosamente me ha salvado en numerosas ocasiones. Ten siempre a mano un paño de microfibra y guarda los objetivos en bolsas selladas cuando te muevas entre zonas de distintas temperaturas.
Foto: Will Lambert
Foto: Will Lambert
La nieve puede hacer que las escenas parezcan planas. Utilizo los árboles, las rocas, las sombras o la gente para anclar el encuadre y dar profunidad a la imagen. Busca un elemento oscuro para romper las grandes zonas blancas. Un árbol solitario, un excursionista o una sombra alargada sobre la nieve virgen pueden convertir una escena simple en una composición potente. Este es uno de mis ejemplos favoritos: la silueta de un árbol contrapuesto a dunas de nieve: un elemento mínimo, pero impactante.
Foto: Will Lambert
Los días plomizos son perfectos para hacer fotos de la fauna o de paisajes. La luz suave y equilibrada reduce las sombras marcadas y resalta las sutiles texturas de la nieve, el pelaje o las plumas. Dejo que la nieve actúe como reflector natural o busco áreas con sombras para suavizar los rayos de sol más directos. Los días nublados son ideales para capturar detalles y texturas sutiles sin contrastes marcados. Esta luz amable hace que todos los detalles resulten visibles, y generan imágenes íntimas y vivas sin perder el apacible espíritu invernal.
Foto: Will Lambert
Capturar a personas esquiando o haciendo snowboard aporta energía e historia a una escena. Cuando observo a un esquiador deslizarse por la nieve en polvo o a un snowboarder alzarse en el aire, disparo a velocidades de obturación muy elevadas (1/2000 s o más) y uso el modo ráfaga para congelar cada copo de nieve y movimiento. Utiliza velocidades de obturación rápidas para capturar la acción con frescura y el modo de ráfaga para atrapar el encuadre perfecto en el momento de máxima emoción. El resultado transforma un simple descenso en una historia vívida de velocidad, habilidad y eufioria, que traslada a los espectadores la descarga de adrenalina de las experiencias en la montaña.
Foto: Will Lambert
Las distancias focales más elevadas (100 mm o más) me permiten aislar a los sujetos, las texturas y la luz. Comprimir la escena resalta los contrastes, patrones y texturas sutiles que habitualmente se perderían en instantáneas panorámicas. Las sombras se agudizan, las líneas resultan más claras y las formas, más vistosas. Céntrate en un elemento en cada encuadre para crear composiciones minimalistas potentes. Un pico solitario al abrigo de una nube, un rastro en la nieve en polvo o un esquiador en una loma permiten centrar el foco en una escena que sea visualmente atractiva.
A menudo pienso en secuencias: la preparación, el ascenso, la llegada a la cima y el regreso. Series como esta permiten a los espectadores experimentar el viaje: el esfuerzo, los retos y el asombro. Secuenciar las fotos funciona de maravilla en los fotolibros de Popsa, donde las narrativas visuales coherentes brillan con luz propia. Los pequeños detalles, como huellas en la nieve o una taza de café humeante, ayudan a contar una historia completa. Piensa en las instantáneas como momentos y no como en imágenes aisladas.
La fotografía nival es difícil, pero profundamente gratificante. Cada copo de nieve, sombra y textura ofrece una nueva perspectiva. Sal ahí fuera, experimenta y no tengas miedo de romper las normas. Explora las inmediaciones, juega con la luz y captura los detalles y los paisajes. Puedes echar un vistazo a otras muestras de mi trabajo invernal en mis galerías. Y si quieres dar un vistazo tras la cámara, disfrutar de imágenes de temporada y seguir mis aventuras en tiempo real, sígueme en Instagram @WJLPhoto. ¡Me encantará descubrir las historias que cuentes con tus instantáneas en la nieve!