Viajes
10 destinos para disfrutar del sol en invierno
Celebra la temporada de otra manera: playas deslumbrantes, festivales llenos de color y escapadas inolvidables donde el verano empieza en diciembre


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Celebra la temporada de otra manera: playas deslumbrantes, festivales llenos de color y escapadas inolvidables donde el verano empieza en diciembre


Cuando bajan las temperaturas y el calor del verano queda en el recuerdo, inevitablemente miramos hacia el final del año. Aunque diciembre suene a fiesta, también es uno de los mejores momentos para viajar. Por todo el mundo hay destinos que en estas fechas sacan lo mejor de sí: tradiciones únicas, sabores de temporada y una mirada fresca a la cultura y la comunidad. Y para quienes prefieren playas bañadas por el sol a calles cubiertas de nieve, la tentación del calor invernal es irresistible.
Tanto si sueñas con cambiar el espumillón por aguas turquesas, celebrar la Navidad en lino y sandalias, o simplemente empezar el Año Nuevo bajo un sol dorado, hemos reunido los mejores destinos de sol invernal para estas fiestas.
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En pleno Atlántico, frente a la costa africana, las Canarias llevan años enamorando a quienes buscan sol en invierno gracias a su clima suave y sus buenas conexiones. De las ocho islas, Lanzarote es la más singular: un lienzo de picos volcánicos, arena negra y campos de lava batidos por el viento. Sus tesoros son tan variados como su paisaje: las calas serenas de Papagayo, las arenas blancas de Playa Blanca y los escenarios casi surrealistas del Parque Nacional de Timanfaya. Todo ello está atravesado por el legado del artista César Manrique, cuyas intervenciones y jardines dieron a la isla un espíritu creativo único.
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La escarpada península mexicana de Baja California, donde el desierto se funde con el mar, parece hecha para la aventura. De pueblos surferos relajados a resorts relucientes, es un destino que combina encanto bañado por el sol y paisajes espectaculares. Diciembre tiene un magnetismo especial: calles vestidas de Navidad, playas doradas acariciadas por olas templadas y la llegada de las grandes migraciones de ballenas. Las ballenas grises se reúnen en las lagunas costeras para aparearse y dar a luz; las jorobadas emergen mar adentro y los tiburones ballena se deslizan por la bahía de La Paz: un espectáculo natural a la altura de cualquier castillo de fuegos artificiales.
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Pocos países concentran tanta variedad en un territorio tan compacto como Sri Lanka. En diciembre, las costas oeste y sur entran en temporada seca: playas doradas, olas perfectas para surfear y aldeas costeras con mucho ritmo. En el interior te esperan plantaciones de té color esmeralda, montañas brumosas y selvas con elefantes, leopardos y aves. Empieza por la energía y el color de Colombo y elige tu ruta: templos antiguos, viajes lentos por la costa o caminatas de montaña inolvidables.
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Durante años a la sombra de Dubái, Abu Dabi se ha convertido en una potencia cultural por derecho propio. Su escena artística florece con el Louvre Abu Dhabi, el universo inmersivo de teamLab Phenomena Abu Dhabi y la esperada apertura del Zayed National Museum este diciembre. Súmale los extras festivos de la ciudad, con escaparates espectaculares en los centros comerciales, shows de luz a lo largo de la Corniche y eventos repletos de estrellas de todo tipo en Yas Island, y el resultado es que el invierno aquí es tan glamuroso como sorprendentemente refrescante.
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La Navidad en Sídney es puro sol. Imagina surfistas con gorros de Papá Noel en la playa de Bondi y familias disfrutando de marisco y pícnics en el parque bajo un cielo azul radiante. Con temperaturas medias de 26 °C y unas ocho horas de sol al día, diciembre invita a vivir al aire libre. La ciudad se llena de mercadillos y escaparates festivos, pero el gran momento llega en Nochevieja: los fuegos artificiales iluminan la Opera House y el Harbour Bridge en un espectáculo seguido en todo el mundo.
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El encanto de Essaouira está en su ritmo: tranquilo, salpicado por la brisa marina y fotogénico a más no poder. Asomada al Atlántico, esta ciudad costera marroquí combina vientos constantes, ideales para practicar kitesurf y windsurf, con amplias playas doradas perfectas para largos paseos y rutas en camello. Te enamorará su medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: una mezcla de zocos animados, boutiques artesanales y cafés íntimos que se reparten por callejuelas sinuosas enmarcadas por antiguas murallas.
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Pequeño pero enorme en personalidad, Belice es el secreto mejor guardado de Centroamérica. Aquí, las ruinas mayas emergen de la selva verde esmeralda, los jaguares acechan los bosques de Cockscomb Basin y el Caribe brilla en tonos turquesa. Diciembre trae el clima perfecto de playa, tanto en las arenas finas de Placencia como en el idilio descalzo de Caye Caulker. Si le sumas la historia ancestral de Xunantunich, tendrás unas vacaciones llenas de relax y descubrimiento.
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Pocos lugares pueden competir con el entorno de Ciudad del Cabo: montañas que se precipitan al océano, viñedos tierra adentro y una ciudad encendida de color y creatividad. Diciembre marca el pleno verano en Sudáfrica, con días soleados de 25–30 °C y una intensa agenda de mercadillos, conciertos al aire libre y celebraciones junto al mar. Más allá del centro te esperan las Cape Winelands, la Whale Coast y el agreste Cape Point para excursiones de día inolvidables. En la ciudad, barrios como Bo-Kaap y Woodstock aportan un pulso cultural vibrante al gran espectáculo de la naturaleza.
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Bangkok siempre ha sido un festín para los sentidos, y en los últimos años se ha reinventado con hoteles de diseño, azoteas con bares y restaurantes creativos que conviven con el encanto eterno de los templos dorados y el street food fragante. Diciembre y enero son los mejores meses para explorarla, con un clima más seco y fresco, perfecto para cruzar la ciudad de punta a punta. De día, visita Wat Arun y Wat Pho; de noche, piérdete entre los puestos chisporroteantes de Chinatown o sube a un crucero por el río Chao Phraya para ver la ciudad brillar.
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Aunque el Carnaval de febrero muestra la cara más extrovertida de Río, en diciembre la ciudad se anima de otra manera: playas a rebosar, la laguna Rodrigo de Freitas iluminada con luces festivas y un árbol de Navidad flotante que se mece en la bahía de Botafogo. En el mercado Saara, las decoraciones y los regalos hechos a mano lo invaden todo, mientras los vendedores ofrecen dulces navideños como brigadeiros (trufas de chocolate) y ponche de huevo. Pero la gran protagonista es Nochevieja: el legendario Réveillon de Copacabana, donde millones de personas vestidas de blanco se reúnen para disfrutar de los fuegos artificiales, la música en vivo y una fiesta en la playa hasta el amanecer.